5 jul 2011

Es extraño estar en el colegio a estas horas, sola, con hambre, mirar y que no haya NADIE. Bueno, hay un gato caminando por ahí. Curiosamente, viene hacia acá... y no tengo nada para darle.
Me recuerda a mish mish

a mish mish le gusta hablar por teléfono
curiosamente (sí, de nuevo) al portero se le acaba de caer el teléfono. Ahora hay un hombre que no deja de mirarme. Lo miro, me mira fijamente, sonríe y se da vuelta. Que raro, porque, sabés, yo antes en los colectivos o en cualquier lugar (pero era mejor en o DESDE los colectivos) miraba fijamente a la gente para ver cuánto tiempo podían sostener mi mirada. Y era una mirada seria, como despectiva. No me acuerdo bien, pero supongo que eso me divertía. Y acabo de recordar, hm... Para que un Kirin pueda adueñarse de un monstruo, tiene que mirarlo fijamente por horas, horas y horas si es necesario. El objetivo es imponerse y demostrarle al monstruo que uno es digno de ser su amo. Si este cede, entonces será su fiel acompañante (para toda la vida).


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