27 oct 2010

Aquel que se acostumbra al malestar cree que ya no siente nada.

¿Por qué le creí? ¿Por qué ellos le siguen creyendo? Me harté de buscar felicidad en un hogar donde no la hay. No se puede arreglar, no hay solución, ninguna opción, no hay nada. Y como puede que todo sea mi culpa, no sé cómo actuar. Ya no sé qué decir, aunque en realidad nunca dije nada. Perdí el poder para expresarme, ya ni puedo llorar. No puedo sentirme mal, me cansé de estar mal… me cansé de estar.
Díganme que no es verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario